Jóvenes arquitectos emprenden a su estilo

México tiene una gran tradición de arquitectos. La lista va desde Mathias Goeritz, Mario Pani y Ricardo Legorreta. Aunque quizá uno de los más reconocidos es el jalisciense Luis Barragán, quien comenzó su carrera con proyectos en Guadalajara para después migrar a la capital del país. Ahí logró consolidar su estilo y marca, hasta ganar el reconocimiento más prestigioso del mundo en esa rama: el Premio Pritzker.

Luis Barragán fungió como inspirador de arquitectos de la generación a la que pertenece, por ejemplo, su adulador, el tapatío Juan Palomar Verea. Ahora bien, la arquitectura se mueve; los entornos y necesidades cambian; los materiales se renuevan; los exponentes emergentes están presentes. Por ello queremos compartirte dos despachos que, desde la colectividad, crean proyectos interesantes para los habitantes de la ciudad.

Iterar Arquitectura. Este despacho está integrado por dos mujeres y un hombre, quienes “como homenaje al acto de la repetición hasta conseguir mejorías” utilizan la palabra Iterar como concepto rector. Mónica Guerra, Fabiola Ovando y Oscar Maciel apelan por una arquitectura coherente, es decir, que el proyecto responda no solo a las directrices estéticas que se planeen dentro del taller, sino a las compartidas por los y las clientes. También creen que la arquitectura responde directamente al entorno no solo natural, sino a su contexto urbano y humano (@_iterar). 

BARBAPIÑA. Es un estudio de arquitectura con base en Guadalajara integrado por Luis Aurelio Piña y Laura Barba. Entre sus objetivos está la creación de proyectos que se sientan muy pertenecientes al lugar en el que se sitúan, que sus espacios evidencien las condiciones del clima, del paisaje y de las tradiciones constructivas de cada región del país a través del uso de materiales locales, ya sean artesanales o industrializados, y de la mano de obra local. Anteriormente, por siete años, trabajaron bajo el nombre de DIAGRAMA (@diagramaarquitectos).