ARTE, CULTURA Y ENTRETENIMIENTO  /  LA REVOLUCIÓN DEL ARTE DIGITAL ESTÁ AQUÍ

¿Te imaginas ser el propietario del meme más compartido por redes sociales? ¿Te imaginas participar en una subasta de GIF’s? Te tenemos una noticia: hemos llegado al momento de la historia, en el que el contenido digital tendrá un propietario. Así como lo lees: hay artistas o creadores de contenidos que podrán subastar,  vender o comprar obras digitales a través de los NFT’s.

NFT son las siglas en inglés de  ficha no fungible o non-fungible token. Pero comencemos con lo básico, porque esta revolución digital nos puede parecer muy confusa. 

Un activo fungible, visto en términos económicos, es algo que tiene un valor, se puede contabilizar con unidades y se puede intercambiar fácilmente, por ejemplo: el dinero. Vale lo mismo dos monedas de metal de 10 pesos, que un billete de 20 pesos. En este caso, si algo no es fungible, eso es imposible: significa que tiene unas propiedades únicas, por lo que no puede ser intercambiado directamente.

Los NFT’s son unidades de datos que certifican la autenticidad de un objeto digital que se almacenan en una red blockchain, un sistema de almacenamiento digital distribuido, que es a todos los efectos, imposible de ser hackeado o alterado.

Hagamos un paralelo con el mundo tangible. Antes podías ir a una subasta y comprar un cuadro de Salvador Dalí en millones de dólares, por poner un ejemplo, pero corrías el riesgo de que, si te lo robaban o algo le sucedía, perdías ese activo. Ahora, con los NFT’s podrás comprar una imagen digital y distintos nodos registrarán el certificado de propiedad, así que, si alguien le toma una fotografía a tu imagen, podrá tenerla como fondo de pantalla de su celular, pero jamás será la propietario a menos de que decidas venderle el certificado.

Todo comenzó hace unos meses, cuando el influencer Logan Paul sacó a la venta 3 mil NFT’s en forma de cartas de Pokemón. Y aunque no lo creas, se vendieron en un millón de dólares de NFT’s en los primeros minutos y al final la suma de las 3 mil unidades alcanzó una ganancia de 5 millones de dólares.

¿Cómo funciona? Como cualquier mercado: con la ley de la oferta y la demanda que determina finalmente el valor de la pieza, sólo que, en este caso, la obra es digital. Esta invención abre las puertas a nuevos creadores e inversionistas, quienes podrán producir o hacerse de un activo único y con un valor que pudiera incrementarse en cosa de horas.